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5 CURIOSIDADES DE HERMANOS A LA OBRA, EL POPULAR REALITY SHOW DE PROPIEDADES
EL REALITY SHOW DE LOS GEMELOS MÁS FAMOSOS DE LA TELEVISIÓN NORTEAMERICANA ES FUROR EN 150 PAÍSES DEL MUNDO
8 de julio de 2025
12:34
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Drew y Jonathan Scott, los protagonistas del programa «Hermanos a la obra»
En más de 150 países, Hermanos a la obra ingresaron en los hogares de las personas a través de la pantalla chica y se convirtieron en un furor de los reality shows de remodelación de casas.
Property Brothers (en inglés) es un programa que no solo transformó la vida de los gemelos Drew y Jonathan Scott, sino también la de miles de familias que soñaban con una casa renovada. Desde reformas totales hasta pequeños cambios decorativos, el dúo no solo conquista pantallas: construyó un imperio de entretenimiento, diseño y negocios.
¿Pero qué hay detrás del éxito del programa? ¿Es todo tan espontáneo como parece? ¿Y qué más hacen estos hermanos además de demoler paredes y escoger colores? A continuación, repasamos cinco curiosidades que quizás no sabías sobre Hermanos a la obra.
1. NO SON ESTADOUNIDENSES… Y NI SIQUIERA EMPEZARON EN EE.UU.
Aunque gran parte del público asocia a Drew y Jonathan Scott con la televisión norteamericana, en realidad nacieron en Vancouver, Canadá, el 28 de abril de 1978. Es más, la primera temporada del programa se grabó enteramente en Toronto.
Pero el furor fue tal que pronto cruzaron la frontera: las siguientes temporadas se filmaron en ciudades de Estados Unidos como Atlanta (Georgia), Austin (Texas) y Nueva York. Y hoy son una de las duplas más reconocidas de la televisión norteamericana.
2. NO TODO LO QUE SE VE ES REAL
Como en muchos reality shows, Hermanos a la obra también tiene su cuota de ficción. A pesar de que se presentan como situaciones espontáneas, hay varios aspectos que están pactados con anterioridad.
Por ejemplo, las casas que aparecen como “opciones” ya fueron preseleccionadas por los participantes. También se exige un presupuesto mínimo de US$70.000 para las remodelaciones, y otros US$20.000 para imprevistos. Y aunque parezca que Drew y Jonathan están presentes durante todo el proceso, lo cierto es que los propietarios solo los ven unas ocho veces en total.
Además, no se remodela toda la casa. El programa se enfoca en algunos espacios clave, que son los que se muestran terminados en cámara. El resto, queda fuera del foco… y del presupuesto.
3. TIENEN SUS PROPIAS MARCAS DE DECORACIÓN Y UNA TIENDA ONLINE
Uno de los secretos del éxito duradero de los Scott es haber sabido expandirse más allá del show. Hoy, quienes admiran los muebles, estilos y terminaciones que aparecen en sus programas pueden replicarlos en su propia casa.
Los hermanos lanzaron dos marcas: Scott Living y Drew & Jonathan, con muebles, accesorios y más. Venden sus productos tanto a través de su sitio web como por Amazon, y lograron cifras impresionantes: solo en su primer año, Scott Living generó más de US$100 millones en ventas.
Como si fuera poco, también crearon una plataforma de inspiración y compra de diseños llamada Casaza, en la que curan espacios decorativos y ofrecen productos listos para comprar. Es, en sus propias palabras, “una herramienta para transformar hogares”.
4. GANARON UN EMMY
El universo de Hermanos a la obra no sería posible sin Scott Brothers Entertainment, la productora que crearon junto a su hermano mayor, JD. Con sede en EEUU, esta compañía produce contenido original para televisión, plataformas digitales y cine. ¿El objetivo? Tener control total sobre lo que muestran y cómo lo muestran.
Además de Hermanos a la obra, bajo este sello nacieron otros programas como: Celebrity IOU (donde remodelan casas para amigos de famosos), Brother vs. Brother, Property Brothers at Home y Forever Home, entre otros.
5. REPITEN ESCENAS Y HASTA RECONSTRUYEN ACCIDENTES
Si alguna vez te preguntaste si los momentos de sorpresa en el programa son genuinos, esta anécdota del New York Times lo aclara todo. Una periodista acompañó a los Scott durante un día de grabación en Galveston, Texas, y descubrió que no todo fluye con tanta naturalidad.
Por ejemplo, Jonathan tuvo que grabar varias veces una escena donde se sorprende al encontrar un inodoro en mal estado e intenta sacarlo. A pedido del director, el gesto de asombro se repitió hasta que quedó “perfecto”.
Pero eso no fue lo más insólito. La noche anterior, una tormenta derribó la chimenea de la casa protagonista y nadie lo grabó. Entonces, ya con buen clima, el equipo decidió recrear la escena. Buscaron extras para hacer de obreros, montaron el supuesto accidente y grabaron a Drew saliendo corriendo de la casa, simulando pánico ante el derrumbe. Lo grabaron tres veces hasta que el director dijo “¡Corte!”.
Fuente: LA NACION
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