Argentino transforma un conventillo en restaurante y recupera casa usurpada durante 10 años

REMAX HOME

Argentino transforma un conventillo en restaurante y recupera casa usurpada durante 10 años

Es argentino, creó un restaurante en un conventillo y lo agrandó tras recuperar una casa usurpada por 10 años

Fulvio Arrigoni y su familia recuperaron una propiedad pegada al restaurante El Gran Paraíso

* 25 de octubre de 2025
* 11:19

La historia de Fulvio Arrigoni es también la de muchos comerciantes y vecinos de cualquier rincón del país. Con aciertos y errores al momento de comenzar sus negocios desde abajo, encontró finalmente en un conventillo abandonado de La Boca el lugar ideal para desarrollar su proyecto de vida.

Lo que eran escombros y restos de chapa con polvo, en la mente de Fulvio y Mario, su hermano y socio, se convertían automáticamente en el espacio ideal para realizar su sueño de abrir el restorán El Gran Paraíso.

El actual local se construyó finalmente en el patio y en una de las habitaciones de aquel conventillo que se había emplazado sobre la calle Garibaldi, 130 años atrás. Hoy, la fachada parece intacta y un jardín interior de ensueño recibe a comensales tanto de la zona como turistas que rápidamente tomaron al puesto gastronómico como punto de referencia del barrio.

Fulvio y su hermano convirtieron un conventillo abandonado en el restaurante «El Gran Paraíso»

Los hermanos Arrigoni iniciaron el proyecto hace más de una década para devolverle a La Boca, al menos desde lo comercial, todo lo que les había brindado a su familia tiempo atrás. Su padre había llegado a la zona como ingeniero de un taller de reparaciones navales y sus vidas no las pueden concebir por fuera de estas calles con formas de caminitos y de los buques que habitan el puerto. “Veníamos al barrio desde muy chicos y ahí generamos ese vínculo muy fuerte, siempre quisimos crear algo acá”, recuerda Fulvio Arrigoni.

Previamente habían tenido otro local de comida en el barrio, que inauguraron 27 años atrás y que dentro de poco tienen pensado reabrir. Pero El Gran Paraíso tiene otra impronta. “Siempre consideré que la gastronomía tiene que ir de la mano de una gran experiencia y este patio de La Boca genera una vivencia muy particular que no se consigue en otro barrio”.

“Siempre consideré que la gastronomía tiene que ir de la mano de una gran experiencia y este patio de La Boca genera una vivencia muy particular que no se consigue en otro barrio,” cuenta Fulvio.

Desde hace 15 años las escenas dentro del restorán suelen hacerle honor a su nombre. Sin embargo, en 2015, lo que era alegría por el buen andar del negocio, se transformó en incertidumbre para Fulvio y su familia.

El local lindante que habían comprado para ampliar su negocio estaba usurpado y los anteriores dueños, quienes le vendieron la propiedad, no habían podido hacer nada al respecto en casi dos décadas de usurpación.

Fulvio y su familia convivieron durante 10 años con cierta angustia, más allá de que el vínculo con la gente que ocupaba el lugar siempre fue respetuoso. Mientras que continuaron recibiendo comensales, a pocos metros, durante todo ese tiempo observaron cómo se estaba frustrando su proyecto. Ese fue el panorama hasta hace pocos meses, cuando la Policía de la Ciudad desalojó finalmente la propiedad usurpada de manera pacífica. Fulvio, quien por el paso del tiempo conocía el contexto de varios ocupantes, ayudó con el traslado de algunas de sus pertenencias.

“Ver la situación del lugar fue shockeante por las malas condiciones de vida en las que estaban,” recuerda Arrigoni, quien aclara que incluso esa parte del conventillo tenía peligro de derrumbe y que se pudo realizar de común acuerdo entre dueños, ocupantes y la gente del juzgado. Por lo que sabe, muchas de esas personas actualmente están en un mejor contexto habitacional y, durante varios meses, él les conservó en el espacio deshabitado algunas pertenencias hasta que pudieron ir a retirarlas.

Un dato no menor es que en la Ciudad, en menos de dos años ya se realizaron más de 440 operativos que incluyen la recuperación de viviendas usurpadas y la restitución inmediata a sus legítimos dueños, promoviendo el cumplimiento de la ley, la protección de la propiedad privada y mejorando la seguridad del espacio público.

El restorán El Gran Paraíso, ubicado en General José Garibaldi 1428, también puede considerarse un lugar que guarda la memoria de La Boca. En sus paredes hay cuadros que reflejan parte del cuento arrabalero del barrio y fotos y decoraciones que reviven la esencia de un lugar que tiene su origen en el siglo XIX.

El caso de Fulvio se viralizó y hasta el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, le dedicó un posteo: “Su historia es una muestra de lo que pasa cuando el orden se garantiza: recuperó su propiedad y, con inversión, esfuerzo y trabajo, ahora va a expandir su restaurante, generar trabajo y mejorar la zona”.

Entre 2024 y lo que va de 2025, en la Ciudad se recuperaron sitios históricos que estuvieron ocupados por décadas, como la Casa Blaquier en el centro porteño, un predio piquetero en San Telmo que estuvo tomado 12 años o el edificio conocido como el Elefante Blanco de Belgrano, en Olazábal al 3400, intrusado desde los años ‘60.

En ese contexto y lejos del rencor por la situación atravesada, Fulvio Arrigoni automáticamente ya piensa en el futuro del local: “Con la recuperación vamos a poder ampliar las capacidades del restorán”. En su mente proyecta una terraza, una vinoteca y un espacio para eventos culturales, entre otras propuestas.

También se imagina de acá a unos años terminando de construir un lugar muy auténtico para que el barrio siga manteniendo su identidad, honrando sus raíces italianas, los valores inculcados por su padre y dejando un legado para sus hijos. Y sueña: “Queremos que este espacio se vuelva un lugar icónico de Buenos Aires”.

Por María Pugliese

Ver nota original