Descubre el Bar Inspirado en Chelsea Market: Un Ecosistema de Empresas y Mejores Prácticas de SEO

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junio 6, 2025

Descubre el Bar Inspirado en Chelsea Market: Un Ecosistema de Empresas y Mejores Prácticas de SEO
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Inspirado en el Chelsea Market de Nueva York: la historia detrás de un bar que esconde un ecosistema de empresas

TOMÓ EL MODELO NEOYORKINO Y COMBINÓ UNO DE LOS BARES MÁS COOL CON UN GRUPO DE EMPRESAS DE TECNOLOGÍA, REAL ESTATE Y SUSTENTABILIDAD

6 de junio de 2025
08:20

Los socios detrás del bar de Rosario inspirado en el Chelsea Market de Nueva York

“Cuando se te cruza una idea por la cabeza, es más fácil cortarte la cabeza que sacarte la idea”, le dijo su socio a Gaspar Mac apenas dos semanas después de iniciado el proyecto que luego se convertiría en uno de los bares más elegidos como punto de encuentro entre los jóvenes rosarinos. Esta frase quedó grabada en la memoria del empresario como un mantra. Y no es para menos…

Aquel sueño que comenzó con un viaje de luna de miel a Nueva York y una caminata por el Chelsea Market, hoy late en pleno barrio Pichincha, el polo cultural y gastronómico más importante de Rosario. En un edificio de 1000 m², Gaspar junto a sus tres hermanos y su socio, Matías Boselli, construyeron una suerte de “Chelsea Market argentino”: un edificio que no solo sea oficina, sino también comunidad, inspiración y símbolo de una forma distinta de hacer negocios. En Rosario, eso no existía.

Hoy, ese lugar es la sede de cinco compañías que comparten espacio, dirección estratégica y cultura de trabajo: la desarrolladora inmobiliaria Bauhoff, la tecnológica Ecloud, las startups de movilidad urbana Smod y Bertha, la empresa de regeneración del agro Nativas, y por supuesto, La Bodeguita, como punto de encuentro y corazón social del proyecto.

La Bodeguita, un bar elegido por los jóvenes rosarinos

Gaspar tiene 38 años, es ingeniero en sistemas y fundador de eCloud, una empresa de software que funciona desde 2010. Pero su historia tomó un giro inesperado tiempo después, cuando recorriendo Manhattan descubrió un modelo de negocio que no podría sacarse de su cabeza. “Entré al Chelsea Market buscando empresas de software y me encontré con un bar de día o una cafetería. Pensaba que me había equivocado, pero me decían: ‘Sí, pasá por esa puerta’. Y ahí se abría un galpón con 200 desarrolladores, jugando al ping pong o en reunión, todo sucedía detrás del café”, recuerda. Fue entonces cuando supo que, si algún día lograba crecer, su empresa iba a tener esa impronta: se entraría por un bar.

El lugar es la sede de cinco empresas y se entra por el bar

Años más tarde, cuando encontró un viejo local abandonado en alquiler en Alvear 144, en el corazón de Pichincha, supo que era el lugar indicado. “Era una tapera, se había prendido fuego, era un horror. Fui a mi casa, agarré plata y se la llevé a la inmobiliaria para reservarla”, dice. Su socio le pidió que se arrepintiera. Sus hermanos -Dino (40), Poli (36) y Grego (33)- le dijeron que estaba loco. Pero no lo dejaron solo, “fui trayendo a mis hermanos de a poco y hoy todos son parte del proyecto“.

Así nació La Bodeguita, el bar que funciona como la entrada de acceso a todo el universo. Durante el día, su cocina es la cocina de las empresas del grupo. Después de las 18, se convierte en un bar abierto al público. A la noche, el espacio se transforma nuevamente: hace un mes inauguraron Al Roce, un boliche al fondo del mismo predio. “La idea es que el lugar esté vivo todo el día, que circule gente permanentemente, en distintos registros: laboral, social, cultural”, resume Gaspar. La Bodeguita es eso: un puente entre mundos.

El edificio de tres pisos y 1000 m² está dividido de forma quirúrgica. En planta baja, La Bodeguita. En el primer piso, una radio de música electrónica que dirige uno de sus hermanos. En el segundo, las oficinas de las empresas del grupo: desde desarrollos inmobiliarios hasta soluciones de software y movilidad. En el tercero, la terraza. Todo, bajo un nombre: Warecloud. “Lo pensé como un todo. Ya lo tenía visualizado en mi cabeza. La radio, el bar, las oficinas. Solo faltaba hacerlo realidad”, asegura.

A diferencia del Chelsea Market, donde todo ocurría detrás de un café, Gaspar lo tradujo a la personalidad local. “Para mí todo el lugar es un concepto que me pude traer de Nueva York y lo argentinicé o mejor dicho lo rosarinicé. Este no es un café, es un bar. Y no es cualquier bar: servimos vermú y carlito, que son patrimonio cultural de Rosario”, dice con orgullo.

El menú estrella: carlito de vacío y vermú de la casa, que cocinan ellos mismos en el lugar. “Los empezamos armando con mis hermanos, como productos que nos representen y se terminaron convirtiendo en símbolos de La Bodeguita”, agrega.

El día arranca a las 7 de la mañana con movimiento de oficinas. A las 18, la Bodeguita cobra vida. Y a la noche, el boliche le suma otro pulso al lugar. “Hay empresas, hay bar, hay radio. Todo en un solo lugar. La idea es esa: que no se apague nunca”, resume.

La propuesta tiene un corazón cultural fuerte, pero también económico. Gaspar invierte mitad en tecnología y sostenibilidad -sectores de alto riesgo- y mitad en real estate. Así nació Bauhoff, su desarrolladora, junto a su hermano menor.

Empezaron con proyectos en José Ignacio, Uruguay, dos barrios cerrados con 22 aparts en total llamados Juani Beach I y II, y continuaron en Rosario con edificios que llevan los nombres de su abuela (Marilén), su abuelo (Franz) y su hijo (Milo). Ahora van por más: planean gestionar un hotel en una reserva natural de la Patagonia, para que el turista que veranea en Punta del Este pueda también tener una experiencia en el sur argentino.

Por Candela Contreras
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