Disputas Comunes e Insólitas entre Vecinos en Edificios y Barrios Cerrados

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Disputas Comunes e Insólitas entre Vecinos en Edificios y Barrios Cerrados
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LAS DISPUTAS MÁS FRECUENTES E INSÓLITAS ENTRE LOS VECINOS DE LOS EDIFICIOS Y BARRIOS CERRADOS

LOS CONSORCIOS REALES NO TIENEN GUION NI CORTES DE ESCENA, PERO SUS CONFLICTOS A VECES PARECEN SACADOS DE UNA SERIE

* 19 de octubre de 2025

* 11:02

Escuchar NotaGuillermo Francella y Gabriel “Puma” Goity, en “El Encargado”, la ficción que convirtió la vida consorcial en un éxito televisivo. En la realidad, las disputas son igual de intensas, pero mucho menos divertidas.

La vida en los edificios se pone cada vez más complicada. Ruidos que se convierten en guerras frías, mascotas que dividen edificios, espacios comunes disputados como si fueran el último lugar libre en una playa de enero y expensas que no paran de subir. En 2025, la vida consorcial es, para muchos, habitar un tablero de tensiones que combina viejos conflictos, nuevas tecnologías y un contexto económico que no da tregua.

Para entender todo este ecosistema, Martín Eliçagaray, especialista en Tecnología aplicada a la Propiedad Horizontal y fundador de Simple Solutions, con un diagnóstico realista y urgente, cuenta cuáles son las disputas más frecuentes en edificios y barrios cerrados:

1) LOS RUIDOS MOLESTOS

La primera causa de conflicto no es nueva, pero sí más diversa: los ruidos molestos. “No hablamos sólo del típico vecino que pone música fuerte”, aclara Eliçagaray. “Hoy, el ruido viene de múltiples fuentes como: máquinas de gimnasio en pisos altos, niños en clases de música por Zoom o herramientas de reformas. Lo peor es cuando ocurre todo eso en horarios de descanso”.

2) MASCOTAS: MÁS PERROS QUE CHICOS

En algunos edificios, las mascotas ya superan en número a los niños. Y eso no siempre es buena noticia para la convivencia. “El conflicto se da entre quienes los aman, quienes los toleran y quienes los rechazan frontalmente. Sumemos ladridos nocturnos, pelos en ascensores o perros sueltos en espacios comunes”, detalla.

3) AMENITIES EN GUERRA

El SUM, la pileta, el quincho, las parrillas. Todo lo compartido se volvió un campo de batalla. “Las reservas se agotan, los turnos se pelean y los criterios de uso se discuten a diario”, apunta el especialista. En tiempos de socialización indoor, los amenities funcionan como válvula de escape… pero también como detonador de choques vecinales.

4) SEGURIDAD: DEL PORTERO AL TÓTEM

La seguridad es, para Eliçagaray, el tema más sensible de la agenda consorcial. Cada vez más edificios reemplazan porteros por sistemas digitales o vigilancia tercerizada. El cambio genera tensiones gremiales y discusiones éticas. A eso se suman riesgos concretos: “Muchos consorcios sin sistemas de control de acceso permiten la entrada de personas no autorizadas, no solo a las puertas principales, sino también a áreas comunes como el SUM o la piscina”.

El especialista advierte que los sistemas obsoletos o sin mantenimiento también son un problema. “Si no se actualizan, dejan de cumplir su función y abren la puerta, literalmente, a conflictos y riesgos”.

5) EXPENSAS EN AUMENTO

Luz, gas, limpieza, seguros, mantenimiento. El combo de gastos fijos hace que las expensas suban incluso en edificios sin amenities. “Lo que antes era manejable hoy se volvió una carga insostenible para muchas familias”, señala Eliçagaray.

6) EL DRAMA DE LOS ALQUILERES TEMPORARIOS Y LA FALTA DE PARTICIPACIÓN

Los alquileres temporarios llegaron para quedarse, y son otro motivo para implementar sistemas de control de ingreso que permitan monitorear mejor el flujo de personas. Pero el control no es solo tecnológico: la participación de los vecinos en las asambleas está en caída libre. “Muchos no se involucran, delegan, y eso lleva a decisiones poco consensuadas o incluso a conflictos judiciales”, advierte.

Vivir en comunidad, en 2025, implica mucho más que compartir un techo y un hall de entrada. Es una convivencia en equilibrio inestable, donde cada decisión, desde el uso del SUM hasta el destino de las expensas, puede convertirse en un nuevo capítulo de la eterna novela de la vida consorcial.

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