Guía práctica para retirar cerámica o porcelanato sin dañar tus superficies en reformas del hogar

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Guía práctica para retirar cerámica o porcelanato sin dañar tus superficies en reformas del hogar

Reformas en el hogar: ¿cómo sacar una cerámica o porcelanato sin romperlo?

Un arreglo en casa puede representar un verdadero problema si es necesario quitar estos materiales: el riesgo de rotura es alto, pero existen distintos trucos para retirarlos ilesos.
21 de octubre de 2025
15:54
4 minutos de lectura

Conocé los trucos para retirar cerámicas o porcelanatos sin que se rompan.
Gentileza Estudio de arquitectura Eleo Mendoza

Las reformas en una propiedad implican un verdadero desafío, ya sea porque será necesario no solo disponer del dinero para realizarlas, sino también del tiempo y de encontrar a la persona idónea que cumpla y realice el trabajo. A eso se suma que muchas veces tenemos que levantar el revestimiento del piso o de alguna pared, ya sea porcelanato o cerámica y, en estos casos, el gran temor es romperlo y tener que reemplazarlo.

Sin embargo, existen distintas recomendaciones para removerlos sin dañarlos. La primera tiene que ver con ablandar la junta que rodea a cada pieza, así como el adhesivo con que están pegadas. Para esto será necesario recurrir al calor o a la humedad para luego levantar la cerámica o porcelanato con mucho cuidado. No obstante, si estos se encuentran muy adheridos, se requerirá de herramientas especiales y de un mayor tiempo para completar la tarea.

Paso a paso

Primer paso: Para comenzar, se debe contar con una herramienta que puede ser una espátula que servirá para quitar la junta o también llamada lechada, que es el material que rodea a la cerámica y porcelanato, y se usa para fijarlo. En esta etapa es fundamental tener paciencia y hacer la tarea con mucho cuidado. Se puede utilizar calor, por ejemplo, la humedad es recomendable para las piezas más resistentes; para esto se empapa la zona con agua caliente y vinagre. Luego hay que esperar que esto penetre y afloje la pastina y el pegamento de la pieza de cerámica o porcelanato.

Segundo paso: Luego será el momento de levantar la cerámica; para esto hay que buscar un punto de entrada, por eso hay que inclinarse por aquellas cercanas a los bordes. Una vez que la pastina de la junta se quitó con una espátula flexible, hay que buscar un ángulo poco profundo debajo de la cerámica o porcelanato y, con un golpe suave o con un martillo, se golpea ligeramente la espátula. Conviene ir desplazando los golpes alrededor de la pieza para aflojarla sin romperla. Con un poco de presión se hace palanca y cuando la cerámica finalmente se aflojó, ya puede levantarse y retirarse.

Tercer paso: Por último, cuando está afuera, será necesario raspar la parte trasera para quitar restos de pegamento que puedan quedar; la idea es dejarla lo más limpia posible, sin rastros del adhesivo para volver a utilizarla.

Siempre que se realizan estas tareas es fundamental contar con un equipo de protección, como gafas de seguridad y guantes. Hay que tener en cuenta que este tipo de materiales se pueden romper y generar astillas afiladas.

Al momento de pensar en retirarlos, hay que planificar con anterioridad el trabajo para disponer del tiempo necesario, los materiales de protección y toda la paciencia para recuperar esas cerámicas o porcelanatos. El objetivo puede ser disponerlos para cuando termine el arreglo y necesiten volver a colocarse o reservarlos para otro sector de la casa.

Cerámicas vs. Porcelanatos

Tanto la cerámica como el porcelanato son dos de los materiales más utilizados para los pisos de las viviendas. Tienen características y valores diferentes; la clave para inclinarse por uno u otro depende del sector de la casa donde se los instale y también del presupuesto.

Siempre hay que tener en cuenta que las cerámicas son una excelente opción para componer espacios de menos tránsito, como aquellos sectores íntimos que pueden ser dormitorios o baños, en los que no hay una gran circulación de gente y que no necesitan tanta resistencia. Para estos ambientes se utilizan diseños decorativos y es más sencilla o frecuente su renovación. En cambio, para aquellas áreas de la casa con alto tránsito, como pueden ser livings, comedores principales o salas de estar, van muy bien los porcelanatos. Por último, hay que considerar que las cerámicas resultan más económicas y accesibles que los porcelanatos.

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